Sentimiento, tradición y artesanía

Nicolás era un carpintero que tenía en Fortanete su almacén de madera al que llamaba El Casal. Cuando enfermó, le pidió a su sobrino Paco que arreglara el tejado ya que una viga se había tronzado.


Lamentablemente, Nicolás nunca llegó a ver la viga bien colocada porque antes de que su sobrino pudiera arreglarla dejó en silencio aquel casal en el que había almacenado durante tanto tiempo montones y montones de madera.



Su sobrino Paco, que seguía los pasos de Nicolás y se esforzaba por sacar adelante el oficio familiar, apenado por la ausencia de su tío, dejó aquella viga tal cual estaba y decidió dar vida a toda la madera almacenada.


En ese momento nacía El Casal de Nicolás.

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En definitiva, una labor inmejorable gracias al esfuerzo y sentimiento de Paco y Pili, que hicieron que la reforma del edificio, a pesar de durar tres largos y agotadores años, mereciera la pena para ellos y para aquellos que hoy lo disfrutan.



El Casal de Nicolás abría sus puertas en 2007 convertido en seis apartamentos turísticos muy confortables a los que no les falta detalle y personalidad.


Hoy la viga tronzada sigue tal cual la dejó el tío Nicolás.